sábado, 10 de marzo de 2012

Introducción



El japonés es una lengua de estructura aglutinante que combina diversos elementos lingüísticos en palabras simples. 
Cada uno de estos elementos tiene una significación fija y apta para existir separadamente. 

Tipológicamente, su característica más destacada es la creación de temas: el Japonés tiene temas destacados (aunque es posible que los temas y los sujetos sean distintos). 

Gramaticalmente, las oraciones japonesas se ordenan en SOV (Sujeto, Objeto y Verbo), con verbos siempre colocados al final de la frase, excepto en algunos casos retóricos y usos en lenguaje poético. 

El orden modificador-núcleo es mantenido entre todos los componentes: el modificador o cláusula relativa precede al sustantivo modificado, el adverbio precede al verbo modificado, el genitivo nominal precede al nominal posesivo, y así sucesivamente. De este modo, el japonés posee una raíz fuerte; para contrastar por ejemplo, las lenguas romances como el idioma español están fuertemente enraizadas, y las lenguas germánicas como el inglés están débilmente enraizadas.





No hay comentarios:

Publicar un comentario